Soñemos y celebremos

“¡Hermes, detén un momento tu trepidante ajetreo! ¡Observa, hasta los mortales se relajan con la filosofía y el latín tras un estresante día de compras! ¡Detén tu vuelo un instante y sueña! Pues la alargada sombra de este horologium “de pastor” ya señala que de nuevo es miércoles. Luego podemos jugar a adivinar de quién son estos panes.” 

Así me habló Iris, la de multicolores velos. ¡Por Zeus, que los días caen sobre mis alas como gotas de lluvia! Ya me advirtió la curiosa Pandora que no me entretuviese mucho en las redes de Pompeya, pues no tienen fin.

Y aunque sabemos que "in hoc mundo omnia venalia sunt", soñemos y celebremos. Celebremos que los mortales tarraconenses a los que acompañé al Hades verán de nuevo sus sepulcros restaurados y con la bulliciosa compañía de sus descendientes. Celebremos a todos y cuantos conocen su herencia, pues todos conforman la legión inagotable de la “gens classica”. Nadie ha perdido, todos hemos ganado, aunque ha habido esplendidos ganadores. Todos han sabido vencer cual Teseo a esos Minotauros de tinta que desconociendo su herencia sólo buscan enterrarla. ¡No seré yo quien acompañe al más vital de los vivos a donde sólo van quienes ya no respiran el dulce aire! Celebremos que ya podemos consultar desde aquí mismo cuantas palabras helenas escapen a nuestro recuerdo. Celebremos que la “taberna Baebia” nunca está cerrada para quien llama a sus puertas. Y celebremos que en la Baetica conocen y viven cada año la herencia de Marcial.

Ebrios de celebraciones, tomémonos un respiro, escuchemos a Erasmo y lancemos una piedra en el estanque mientras contemplamos ilusionados el renacer de un templo. Encontremos un momento a jugar en Emerita Augusta, pues muchos y variados son los regalos de los dioses…

Este sueño está dedicado al alumnado del Máster de Secundaria de Clásicas de la UV, con la seguridad de que los dioses harán que nos encontremos pronto como docentes clásicos. Fiat!