Y van seis, Chiron!
Siempre hay un buen pretexto para visitar “civitas ubi ver aeternum est”. Esta vez, y después de unos cuantos años, en compañía de un puñado de discipuli que han aprendido y mucho sobre esta ciudad romana. Cierto es que Eolo tampoco faltó a su cita, pero ya íbamos preparados para paliar los efectos del dios de los vientos… No sería nada extraño encontrar aquí también una cloaca romana en uso, como ha ocurrido en Emerita Augusta... Cuando los discipuli discipulaeque vuelven de Tarraco, se observa en sus ojos un brillo antes no percibido. Brillo que se puede adivinar en los ojos del Homo Universalis y de todos aquellos que saben dar respuesta a la célebre pregunta “quid nobis dederunt?”
Sabedores de su herencia entre las columnas del templo deambulan héroes modernos e intrépidas compañeras de Ulises que no se arredran ante los “temibles infinitivos”, dispuestas a llegar más allá de la cara perdida del Partenón. Y entre tanto las Musas conceden el perdón a Thamyris y le permiten tañer su cítara por tercera vez…
Con tanto ajetreo uncia y scripula pasan raudas cual Atalanta y hubiera sido impío no festejar como se merece el primer sexenio de Chiron y más impío no ofrecerle un presente digno de tan ilustre maestro. Con el tiempo también habrá quien sepa responder a “quid nobis Chiron dedit et dat?” Y todo ello sin disfrutar del sueldo de un ministro ni serles concedidas apariciones virginales.
Sólo es necesario pensar y ser libre. Va por ti, Centauro!
2 comentarios:
Felicidades por esos seis años y los muchos más que esperamos. Besazos.
Nota:no seis,son siete ya los años de Chiron.
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