A todos los tripulantes de la Odisea
Cuando hoy Helios guarde su carro y Selene comience a mostrar sus blancos haces de luz, conoceremos ya a los osados compañeros de Odiseo que habiendo partido desde alejados y distantes puertos de Hispania casi habrán arribado a Ítaca. Habrán superado su estancia en el país de los lotófagos sin olvidar su verdadera misión. Pero no sólo ellos, sino todos quienes embarcaron en esta aventura habrán aprendido sobre “epinetrones y ornatrices”. Y si, por un casual, no conocían al centauro que nos une, de seguro que ahora ya forman parte de su red y de las Clásicas 2.0. Porque quienes embarcaron en esta Odisea son, sin excepción, nuestros ganadores.
Y si en la cocina hay una reina de las especias, entre las gens classica hay una miríada de reinas y reyes, a quienes la simple curiosidad recién despertada ya no les abandonará a lo largo de su fecunda vida. Fecunda para las clásicas, pues la preñez mágica de griegos y romanos se ha instalado en su interior. Éste espíritu clásico les llevará por variados y distintos caminos. Caminos que tal vez les lleven a descubrir las claves para comprender la Eneida, sendas que les enseñen a ser las voces de Diceópolis y del demos del Athenaze, veredas que les ayuden a apreciar y comprender el valor de las pinturas de la Casa de los Grifos, calzadas donde jugar con los participios griegos y paseos por el bosque donde encontrar a su Caperula Rubra.
Tal vez llegue el momento en que sientan también el apremio por formar parte de Roma, aunque el hilo de Láquesis los guie por travesías menos clásicas, más heliofísicas o incluso, por momentos, políticas.
Serán quienes aprovechen totalmente las herramientas 2.0 y creen otras nuevas, quienes aprendan con los ludi vocabulorum y muestren a los demás que la historia también se conforma de curiosidades romanas…
¡Qué vuestra Ítaca esté muy, muy lejos! ¡No temáis, pues Atenea os esperará al final y Hermes cuidará de vosotros durante el camino!
Y si en la cocina hay una reina de las especias, entre las gens classica hay una miríada de reinas y reyes, a quienes la simple curiosidad recién despertada ya no les abandonará a lo largo de su fecunda vida. Fecunda para las clásicas, pues la preñez mágica de griegos y romanos se ha instalado en su interior. Éste espíritu clásico les llevará por variados y distintos caminos. Caminos que tal vez les lleven a descubrir las claves para comprender la Eneida, sendas que les enseñen a ser las voces de Diceópolis y del demos del Athenaze, veredas que les ayuden a apreciar y comprender el valor de las pinturas de la Casa de los Grifos, calzadas donde jugar con los participios griegos y paseos por el bosque donde encontrar a su Caperula Rubra.
Tal vez llegue el momento en que sientan también el apremio por formar parte de Roma, aunque el hilo de Láquesis los guie por travesías menos clásicas, más heliofísicas o incluso, por momentos, políticas.
Serán quienes aprovechen totalmente las herramientas 2.0 y creen otras nuevas, quienes aprendan con los ludi vocabulorum y muestren a los demás que la historia también se conforma de curiosidades romanas…
¡Qué vuestra Ítaca esté muy, muy lejos! ¡No temáis, pues Atenea os esperará al final y Hermes cuidará de vosotros durante el camino!
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