miércoles, 29 de septiembre de 2010

Cuatro letras para Chiron

El otoño trae novedades y un nuevo kalendario de la 1ª evaluación, y con él los ocres y rojos que tan bien le quedan a quien ya ha cumplido cuatro años, al maravilloso Centauro que de aniversario está. Como bien dicen los que conocen a Chiron, ¿alguien recuerda cómo era capaz de enseñar y aprender sin Chiron? Sin duda debería estar desde hace tiempo entre los divinos, pues toda la gens classica es y, aún sin darse cuenta, forma parte de ese gigante que abrió un camino hasta entonces sólo imaginado entre las espesas tinieblas de los sueños. Debiéramos escribir su nombre en la uncial griega de joven mirada y buscar su sabiduría entre los diálogos de los dioses contados a la sombra del Vellocino de oro.
He de dar gracias a los dioses y a Zeus en especial por permitirme haber vivido y aprendido en esta época en la que, a pesar de innúmeras dificultades, tanto y tan bien se hace por las clásicas y por la formación de sus discentes-docentes –la que corresponde a Hermes es una ínfima y nada meritoria parte-. Doy gracias por permitirme jugar con el alfabeto griego, pero habiéndolo repasado desde la α hasta la ω, por haber encontrado en los κύρια ονόματα el mío y por escuchar de boca de otros discipuli discipulaeque la pronunciación latina y su alfabeto… Ahora, cuando recorro las tierras mortales en la oscuridad de la noche, miro al cielo y escucho a Homero, si presto atención todavía se escuchan las que ya no son palabras arrebatadas a la gens classica. Una gens que es capaz de vivir bajo el síndrome de Pompeya, ya que ni el mayor de los volcanes podrá ya enterrarla bajo toneladas de competencias, bien al contrario usará estas competencias para construir sudokus a la clásica o para crear un wiki clásica de competencias que enseñe a manejarlas y aprovecharlas… Ahora miro los autores latinos y sus obras para 2º de Bachillerato oculis orbergianis y no me asusta el lumínico incendio en el Coliseo, que entre llamaradas anuncia la reapertura del Liceo de Aristóteles, donde ya no podrán destruirse los manuscritos griegos de la Biblioteca Británica.
Bien acompañados de gárgolas, gorgonas y esfinges y saltando de Magno a Magno sabemos que la Odisea continúa y que hemos aprendido a llevar a Proserpina en el corazón. Éste es un buen momento para escuchar los mitos de Bach y para vencer todas las fobias que nos han oprimido…Simplemente “porque me gusta”.

2 comentarios:

Anónimo,  30 de septiembre de 2010, 10:50  

¡Realmente una extraordinaria idea de congregar todas estas entradas en un post! Gran manera de descubrir nuevos blogs interesantes.

Un saludo!

caludio eliano 30 de septiembre de 2010, 12:06  

Las lágrimas han nublado mis ojos por unos intantes al leer este post. Pero no han sido de pena, sino de emoción, bien sabes por qué.
Juro por los olímpicos que mucho más pronto que tarde he de estar de nuevo entre vosotros.

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