Miércoles para Segundo

En estos días en que una parte importante de la gens classica tal vez finaliza sus estudios de latín, de griego, de fundamentos o de referentes el ambiente huele a despedidas, a sonrisas y lágrimas, a un infundado temor a los pasos venideros, a un particular October Equos… A toda esa gens classica, que ha aprendido con Odiseo y el aserejé latine, le correspondería, sin lugar a dudas, los atributos de la púrpura. Esa púrpura que inviste a quienes contra todas las dificultades han perseverado en su aprendizaje de las clásicas, a quienes no les hizo falta el poder mágico del allium sativum…, a quienes emprendieron un ὁδός en el que los dioses del Olimpo han estado siempre a su lado, como si de los miliarios de la Vía de la Plata se tratase, a quienes no tuvieron reparos en lanzar “los pelillos a la mar” troyana, a quienes no tuvieron vergüenza ante las cámaras con el griego, el latín y el arameo…, pues hicieron suyo el “faber est suae quisque fortunae” y con su vigor hacen de las lenguas clásicas, inmortales linguae.
Esa aventura les ha abierto los ojos y ahora con otra luz verán el foro de CaesarAugusta. Verán más allá de las teselas del nuevo mosaico de la Villa de la Olmeda y a buen seguro que su espíritu desearía estar en estos momentos en Tarraco Viva o explicándole a Platón el concepto de “nada”…
Por toda esta gens classica en el Olimpo se celebrará un banquete con las mejores ostras de Asturica Augusta y el mejor de los vinos de Falerno.
¡Que la voluble diosa Fortuna os sonría siempre! Y cuando lleguéis a una encrucijada, mirad a vuestra izquierda, pues allí estará Hermes para protegeros…