Miércoles "come il faut"

Regresado ya he de la hermosa y hospitalaria Condatomagus y, recuperado de los accesos piréticos que me impidieron ejercer mi grata labor la semana pasada, me dispongo, oh gens classica, a coger mi cetro por última vez en este año, antes de que la miopía me lo impida.

He de comenzar por las muchas y variadas tareas, en forma de cursos y actividades, que Zeus me ha encomendado para gens classica durante el próximo año. Menos mal que en mis sandalias guardo siempre una lista para no perderme. Sólo espero que el amontonador de nubes las haya esparcido más en el tiempo.

Y ahora, mientras encendéis la vela del ara y os dedicáis a aliñar las aceitunas recién recolectadas, sabed, oh classicos mortales, que la idea muy gorda sigue creciendo cual bola de nieve, aunque todavía haya quien piense que nosotros corrompemos a la juventud al creer en lo que la ciudad no cree y al pregonar el IX Concurso Europeo de Traducción de Griego o el nacimiento de una aplicación Moodle para Griego II.

Y ante la cercanía de la festividades consagradas a Saturno, bajo la mirada de las hermosas Pléyades, preparad, oh discipuli discipulaeque, la letra del "adeste fideles, Orbergiano more", con la inspiración de las imágenes y las palabras de Mercedes Madrid, mientras disfrutáis con las melodías de Orfeo y los dulces cantos de Arión…

En el Olimpo todos saben de vuestra fuerza y perseverancia, esas que os llevan a seguir desenredando el fil de les clàssiques año tras año, esas que, cual extraños docentes, os llevan a reflexionar sobre la aplicación del método Orbergiano, cuyas raíces pedagógicas ya comenzaba a intuir el propio San Agustín.

Nos os lancéis alocadamente hacia los oráculos de Astarté, pues hace ya tiempo que os espera Lillus Maximus y sus gladiadores, quienes poco ha fueron aclamados por las googlelianas calles de Pompeya y solicitados por su dominio en el griego arte de Eros.

En vuestro afán por cazar a los mágicos ciervos no dejéis abandonada la tumba de Sófocles, pues si les otorgáis sus carreras, ellos gustosamente guiarán vuestros espíritus hasta el V curso de Clásicas y TIC que ha convocado la encantadora Circe, que practicó sus conjuros en compañía del maestro Titivillus, poco antes de que éste partiera a pregonar sus enseñanzas a orillas del Pisuerga. Si cuidáis los restos del insigne poeta, él mismo os recibirá en la orchestra del renovado Teatro de Dioniso, donde Agamenón purgó los crueles actos que una simple manzana astur en su inocencia provocó.

Y como estamos en tiempos de muda y de obsequios, ya os he dejado uno, aunque para ello deberéis esperar a que algo nuevo suceda en los Sueños en

Disfrutad del descanso tanto como yo.