Dies Mercurii compressus
Hay días, incluso aquí en el Olimpo entre los dioses griegos, en los que sería imposible sobrevivir sin néctar, ambrosía y unas gotitas de humor, pues ni el más raudo de los Bugatti ni un GPS casi divino te permiten llegar a hacer quae agenda sunt. Si no fuera por la energía que nos proporcionan los legumines, en especial los ricos pisa, hasta las concentraciones de los Irreductibles Ilicitanos serían demasiado para este ajetreado dios.
Por la gloria de Hera que ya he recuperado las suficientes fuerzas para proteger a los gladiadores del pequeño Coliseo de Ostia y para disfrutar desde las alturas de las edificaciones romanas de Hispania.
Y después de unas cosmológicas vueltas al circo, buscaré a Baco para conversar de quibusdam portis Latinis, aunque tal vez no haya que buscar mucho y lo encuentre en el Facebook Latine… Pero si se ha entretenido con las jugadoras de tabas, es muy posible que ninguno de los dos vislumbre el camino de los mitos y perdidos entre columnas y frontones lleguemos tarde a las preinscripciones de la Domus Baebia como les ocurrió a los supervivientes de las Termópilas…
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