Con el aroma de Herculano

Agotado he regresado de las latinas tierras. Pero he vuelto a sentir las súplicas y peticiones de mis fieles en Pompeya, Herculano y Ostia, y hasta mi caduceo se ha puesto a temblar de la emoción... No hemos visto un eclipse como lo vio Ulises, pues mi hermano Helios, después de asomarse a Sunion, estaba tan alegre que estaba dispuesto a contarnos él mismo la "historia de vidrio".

A pesar de la canícula y el polvo volcánico no hubo que recurrir a la sabiduría de Esculapio, aunque teníamos un buen compendio de la ciencia médica a nuestro alcance, y aunque de ningún modo se trataba de una expedición militar, nadie hubiera despreciado en algún momento un buen cibus castrensis.
También hubiera sido un digno espectáculo disfrutar de la cibertragedia Promete@ en el teatro de Ostia o ver desfilar 4000 soldados por las calles de Pompeya o aprender el arte de caligrafía de los artistas pompeyanos y escuchar a los Nuntii Latini Italici en un Thermopolium de Herculano.
Y aunque la escuela de Atenas siga abierta y el nuevo Museo de la Acrópolis dispuesto a recibir visitantes, la blogosfera clásica comienza a cerrar sus puertas para un más que merecido descanso. Yo he conseguido convencer a Zeus para que me libere de mis obligaciones hasta septiembre,...¡Ojalá sea cierto!
No puedo finiquitar este post sin agradecer a Calíope, a Circe, a Plauto y a Titivillus su ayuda para con este agotado dios, al que la emoción le hizo soltar más de una lágrima. Gratias vobis.

"...et ceterum censeo Theatrum Saguntinum non esse delendum"