Un poco de miércoles

Ante este tenebroso y caníbal futuro plurilingüe, ha tiempo establecido donde la Tierra deja de serlo, miles de plegarias y ofrendas ha de realizar la gens classica de esta parte de Hispania a todos los dioses del Olimpo, incluidos quienes muestran su divinidad en el Museo del Prado.  Y más cuando los “goles en propia puerta” no nos permiten relajar la defensa de las clásicas, que, aunque hay quien no lo comprenderá jamás, nos cuestan hasta denarios y otros tributos menos tangibles. Parece como si hubiera caído sobre nos el divino castigo (ningún dios del Olimpo lo ha establecido) de estar siempre rodeados de monstruos mitológicos, dispuestos a devorar lo que de clásico quede en estos lares. Pero no saben que contamos para nuestra defensa con aguerridas falanges e incluso ya con jóvenes generaciones clásico-digitales, que seguro mantendrán y avivarán la llama de Vesta y la vigencia del humanismo clásico cuando otros ya no estemos…  Pero habrá más, pues no hace falta cursar Filología Clásica (aunque en la Gallaecia sea un “grado esencial”) para explicar otra historia de Roma o para apreciar la vida cotidiana de Atenas o incluso para entender a Forges… Sólo hace falta sentir ese amor por Roma y por Grecia que tan bien sabe transmitir quien ya forma parte de la gens classica. Sólo hace falta emprender el camino a Ítaca. A buen seguro que ellos descifrarán el misterio de los dodecaedros romanos y sabrán apreciar claramente estos seis minutos de Mytho-Logique.
Ahora, recolectados ya los asparagi, nos llegan misivas que nos advierten que en Vindolanda nuevas defensas se preparan, mientras que en Pompeya L. Spurius Pomponianus sale mal parado de una disputa electoral y el homo ridens prepara un verano intenso…