Y el miércoles, lentejas!
Pasados ya los clásicos aniversarios, muchos mortales me han preguntado cómo conseguía llegar a tantos y tan distantes lugares bajo las constelaciones del Norte y estar siempre apoyando a la gens classica en todo cuanto se propone o dejándome caer por la Domus Baebia. Evidentemente el néctar y la ambrosía ayudan, pero hay algo más, algo que mi querida Apicia me enseñó…, las lentejas, y su cultivo en adecuados lugares y cocinarlas con apetitosas recetas. ¡Ah, esas lentejas, el más sabroso de los manjares! Seguro que con su ayuda los discipuli discipulaeque que participen en el concurso “César en el Bachillerato” lograrán mejores resultados y no padecerán por la salud de las aves de César.
Ya mis queridos helenos conocían las bonanzas de las lentes culinares ¿cómo si no creéis que se realizaron los viajes con Herodoto, al que ahora se le reconocen sus históricas verdades? ¡Hasta mi estimado Ulises las llevaba consigo cuando tras partir de Troya, junto a la homérica Sigeion, superó a las terribles Escila y Caribdis!
Con lentejas seguro que se alimentaron los clásicos sin fronteras de les Roces para construir sus frisos y quienes reconstruyeron el Partenón en las Antípodas de Atenas. Una gran cantidad de lentejas comió cricetus para estar en tantos sitios a la vez...
Lentejas compartieron Edipo y Hitchcock mientras perpetraban un macguffin, compartieronlas sin duda quienes disfrutaron de una inolvidable jornada plurilingüe y quienes enamorados de la Latina Lingva per se Illustrata se plantearon un aprendizaje autodidacta, incluso quienes deambularon por el “peplum”.
Consigo llevaba lentejas Bías de Priene y quienes debían entrar por la puerta trasera a su última morada.
El castigo de Tántalo merecen quienes niegan un plato de lentejas como algunos han hecho con el Auriga Tarraconensis, que necesita toda la ayuda de la gens classica para que no haya de morir de inanición quien tanto ha hecho por ella. Nuestra ayuda signante bien puede servir. Similar castigo sería adecuado para quienes conducen a unas dispuestas alumnas a la necesidad de solicitar un magister como regalo a unos mágicos reyes.
Hermes dixit!
1 comentarios:
Jó, pero qué ricas son las lentejas. Muchas gracias por seguir alegrándonos los miércoles desde esta nueva casa, esta semana, además, con buena comida. Un abrazo.
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